martes, 3 de septiembre de 2013

Gaviota sombría, la nueva reina del invierno en Madrid (artículo publicado en Quercus, septiembre 2013)

MÁS DE CIEN MIL EJEMPLARES SE CONTARON EN EL ÚLTIMO CENSO REGIONAL

 
La Comunidad de Madrid es una importante zona de invernada de gaviotas. Dos especies, la gaviota sombría y la gaviota reidora, utilizan los vertederos y los embalses del entorno urbano de Madrid capital como puntos de alimentación y dormideros, respectivamente. Hoy en día, la primera de estas especies predomina claramente, con más de cien mil ejemplares censados el pasado invierno.

por Mercedes Serrano y Francisco J. Cantos
Aunque la mayoría de las especies de aves se encuentran en hábitats naturales, algunas viven en ambientes artificiales, como por ejemplo ciertas infraestructuras creadas por el hombre, como edificios, embalses y vertederos de residuos. Han sabido adaptarse a estos nuevos nichos ecológicos que el hombre ha creado, en las grandes ciudades y su entorno, de manera que podrían denominarse aves urbanas o periurbanas. Ejemplo de ello son las gaviotas que invernan en el entorno de Madrid capital.

Salvo algunas citas esporádicas anteriores, las primeras observaciones las publicaron Pedro M. Díez-Ponce de León y Ramón Sáez-Royuela a mediados del siglo XX. Durante los inviernos de 1954 y 1955, estos ornitólogos pioneros realizaron un estudio sobre las aves invernantes en el lago de la Casa de Campo de Madrid donde, entre otras especies, encontraron entre uno y dos millares de gaviotas reidoras (Larus ridibundus) que utilizaban este punto como dormidero. En esa época, las gaviotas reidoras se alimentaban en el propio lago, así como en las orillas del río Manzanares y en los campos y zonas encharcadas próximos a la Casa de Campo. Desde entonces, la población invernante de gaviotas reidoras en Madrid fue aumentando hasta superar los 120.000 individuos en el año 2008.

En cuanto a la invernada en Madrid de la especie protagonista de nuestro artículo, la gaviota sombría (Larus fuscus), ha sido objeto de un seguimiento continuado desde hace varias décadas en esta comunidad autónoma. Empecemos explicando que, como aves marinas que son, las gaviotas sombrías siempre han sido abundantes en las zonas costeras. En un estudio realizado por Francisco Bernis con datos de anillamiento en 1967, se constató que en aquellos años esta especie estaba prácticamente ausente del interior peninsular. En el censo general de 1984, las cien mil gaviotas sombrías que se contaron invernando en la península Ibérica se repartieron de forma similar entre España y Portugal. En aquel censo, la especie mostró una distribución marcadamente atlántica, con el 82% de los efectivos. En la costa mediterránea invernó un 18% y tan sólo algo más de un centenar de ejemplares (el 0’2%) fue detectado en el interior peninsular por aquel entonces.

Veinticinco años después, en 2009, se hizo un nuevo censo invernal, pero esta vez solamente para España. En esa ocasión se contaron más de 320.000 sombrías invernantes (6’5 veces más que en 1984). En este censo, el interior peninsular ya fue el principal cuartel de invernada, con casi dos tercios de las aves censadas.

Después de algunas citas anteriores, en el censo de láridos de 1989 fueron detectadas las primeras gaviotas sombrías invernantes en la Comunidad de Madrid (unas ochenta), junto a varias decenas de miles de gaviotas reidoras. Desde entonces, la población de sombrías fue aumentando hasta que en la invernada de 2008-2009 su número fue similar al de reidoras. A partir de ese momento se produjo una inflexión y, en los inviernos posteriores, la población de las primeras ha superado ampliamente a la de reidoras en el contexto madrileño.

PIE DE FOTO: El dorso oscuro y, en invierno, las estrías del cuello y de la cabeza, son rasgos característicos de la gaviota sombría (foto: José María Pérez de Ayala).
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Nota: ARTÍCULO DE FONDO publicado en el número de septiembre de la revista Quercus. Este resumen, sacado de su web, pretende animar a los lectores de este blog a comprar esta revista. El artículo completo, publicado en la edición en papel y electrónica de la revista, recoge este estudio realizado por sus autores. Para este blog, centrado en el Parque regional del sureste madrileño, aporta datos e informaciones muy relevantes y actualizados para un ave de la cual podemos ver miles de ejemplares en la zona durante el invierno. Enhorabuena a Quercus y a los autores.

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