El petirrojo (Erithacus rubecula) es uno de esos pájaros de pequeño tamaño que podemos ver a lo largo de todo el año en el Parque del sureste. La primera foto de esta entrada, sin embargo, está tomada hace pocos días en un espacio lejano en kilómetros, pero cercano en similitudes ambientales: un bosque de taray en una de las islas de las Tablas de Daimiel. La segunda de la fotos, es cierto que menos precisa, está tomada en el Soto de la junta de los ríos Jarama y Manzanares.
Pequeño tamaño decía: unos 14 cm y entre 16 y 22 gramos de peso. Reconocemos enseguida su dorso grisáceo con cierta tonalidad verde, pero especialmente la gran mancha rojo-anaranjada que ocupa su cara y pecho. Además de su color, observaremos su posición erguida y su cuerpo rechoncho.
Lo vemos por las riberas de nuestros ríos, en las zonas boscosas, pero también por las praderías o los arbustos. Siempre a baja altura, es fácilmente localizable de un vistazo. Sus saltos y aleteos en busca de comida y protegiendo su territorio nos llamarán la atención pero facilitarán su localización y seguimiento.
Se alimenta de frutos, bayas e insectos. En invierno aumenta notablemente la población con ejemplares provenientes del norte europeo. En primavera pone entre 4-6 huevos.
Es un ave residente, abundante en el Parque del sureste.
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